El 5 de marzo de 2023, celebró quince años de fundada la Compañía Raíz Teatro y para conmemorar tal ocasión, presentaron, en las instalaciones de Gráfica Génesis, tres monólogos titulados:
¡Sangre, pequeña sangre!, El amor en tiempos de Tinder y Sorece, crece y florece. El primero interpretado por Katherine Lapey, el segundo por Dayana Garita y el tercero por Janil Lamimi. Todos dirigidos por Lapey Peytrequín.
Las tres obras se orientan hacia un despertar de la conciencia de género relacionada con los mitos de la menstruación, las relaciones establecidas por mujeres en redes sociales y luego lo que podría denominarse un canto de unión y amor hacia nosotras mismas. Abordar dichas temáticas no es una tarea fácil pues podría caerse en los estereotipos y hasta en la liviandad. Factores que más bien tratan de trabajarse bajo una óptica respetuosa y amena.
Cada una de las puestas en escena se hace con pocos recursos de escenografía, vestuario, luces y utilería, sin embargo, queda demostrado que para hacer teatro, el ámbito escénico se adecúa, la luz puede estar en sala o en algún lugar donde se esté de mañana o de tarde, se cuente con claridad y por qué no en un espacio abierto con velas de jardín. En las puestas en escena ya nombradas, la actuación, los tonos y la expresión corporal hacen ir de lo simple, en términos espectaculares, a la enorme empatía del público para con los mensajes esbozados en cada texto, así como la manera en que los personajes de las mujeres se construyen por cada una de las actrices. La imagen de género llama la atención al público y lo conduce a observar las situaciones, evolución de vida y vida compartida con las otras: florecer, crecer, deshacerme del ego sin dejar de lado la sana convivencia de la ternura. Alrededor de la cual se teje el frágil y poco conocido SER MUJER, estar con otros en la conformación de un proceso identitario y colectivo que permitiría a la sociedad costarricense ser mejor, educarse mejor y saber cómo el espacio social puede llegar a programar falsas conciencias.
El día de la función fue agradable sentir la empatía y pensar sin que fuera evidente o se pudiera hacer magia para que los encargados de educar en el entorno nacional pudieran contar con un preámbulo de ¡Sangre, pequeña sangre! para estrenar una de las guías sexuales y luego conversar con sus estudiantes sobre el ciclo menstrual que mes a mes vive cada una de sus compañeras de aula. Tal vez si asistieran a la representación del amor en tiempos de Tinder, conocerían un poco más de lo que algunos adultos ni siquiera saben o explorarían, a partir de Sorece, florece y crece, las tan deterioradas relaciones humanas que atentan contra la persona y la vida de los adolescentes en los centros educativos de enseñanza media.
Se han visto y comentado en los medios de comunicación tantas noticias sobre peleas a la salida de clase, bullying en los recreos, violencia, agresividad y hasta la descabellada idea de incluir un ring en las afueras de los colegios para que los estudiantes desahoguen ira y frustración. Lo cierto es que los tres textos celebran con júbilo quince años de trabajo con objetivos claros para una mejor educación sexual, un paisaje honesto sobre las tecnologías que maneja la población joven y un llamado a la sororidad del cual algunas no digieren ni la palabra.
Si se pregunta, por ejemplo:
¿Qué significa en los tiempos modernos la celebración de llegar a los quince años de labor continuada en el ámbito de la escena nacional?, esto significa horas de compromiso y planificación, ensayos sin pago, funciones de los miembros de la agrupación distribuidas en la producción, la venta de entradas, la boletería, el manejo de la publicidad, la búsqueda de lugar para ensayar, la escritura dramática, el dinero para el vestuario, los transportes del grupo, el diseño del vestuario, la escenografía, la elección de la música, la grabación de los efectos…Tantos aspectos que involucra llevar un proyecto para un solo espectáculo. Es un asunto de resistencia y esfuerzo para quienes se dedican de manera desinteresada al sueño de hacer teatro y Raíz Teatro lo ha demostrado con tesón al observar la exposición de sus fotografías, afiches, el público meta cubierto, los espacios digitales alimentados con críticas y comentarios de diferentes especialistas, así como su labor en diferentes comunidades.
Unido a lo anterior no quiero dejar de lado, porque sí es prioritario recalcarlo, que las tres obras, se orientan, desde mi perspectiva a aquella función educativa del arte. Por eso, en el plano de la persona joven, los quince años de acuerdo con el Código de Niñez y Adolescencia aún los ubica en la infancia. Dieciocho, se cumplen estando ya en la Universidad o buscando, tal vez, un trabajo que ayude con las necesidades no resueltas en el entorno familiar. Tener cédula de identidad puede significar la toma de decisiones respecto a un proyecto de vida que se desea cumplir y considerar posibilidades para un futuro cercano en el desempeño de una carrera profesional. Quince años para Raíz Tierra le dan ya cédula de identidad y los hace mayores de edad pues han desarrollo un proceso que suma para la historia de la puesta en escena y de los textos dramáticos en Costa Rica. Es decir, ya han hecho camino al andar. En el mejor sentido romántico, aparecen proyectos culturales muy interesantes que chocan con la realidad del contexto social donde se resta presupuesto a la cultura y se cuestiona la labor educativa de los sectores más jóvenes. Sobre quién y cómo llevan las riendas para colaborar en el proceso educativo de la población infantojuvenil. Es una tarea urgente que incluye lo concerniente a la educación sexual, tema que de por sí, se engloba en el de salud pública y reproductiva. La sociedad costarricense, llena de mitos y ausencias acompañadas de falta de información y posiciones fariseas desestima, la claridad para hablar sobre problemas que pueden prevenirse como el abuso, el contagio de virus con el papiloma humano, el VIH o los embarazos no deseados.
Tal vez si se hiciera una enorme temporada con la puesta en escena de Raíz Teatro QUINCE AÑOS, se tendría, en poco tiempo, la ficción de hombres y mujeres más conscientes de la salud reproductiva y menos niñas abusadas o muertas. O mejor aún, personas menos maliciosas cuando se enfrentan con preguntas incómodas y para las cuales habría que manejar un estricto sentido de verdad y realidad. La naturaleza y los cuerpos tanto femenino como masculino pueden abordarse más allá de un cuestionario donde se pregunte qué órganos lo componen. El sentido del trabajo con las anatomías, aún, es tema tabú cuando tendría que ser punto esencial de las discusiones en los salones de clase o en las charlas sobre reproducción y sexualidad. Si esto se discutiera más a fondo, no se caería en la prostitución infantil o en la pornografía barata. Falta tanto por educar de persona a persona en la sociedad, tecnológicamente dirigida, pero lejos de la comprensión humana.
Gracias Raíz Teatro por quince años de trabajo artístico y cultural y por esos tres monólogos y por exponer temas tan esenciales de ser discutidos en sociodramas o en funciones con todo tipo de público, pero sobre todo con la población infantojuvenil.
Leda Cavallini Solano / Dramaturga y Docente Universitaria
Marzo 2023.