Mi primer encuentro con Raíz Teatrofue hace unos 8 años cuando inicié la carrera de Artes Dramáticas en la Universidad de Costa Rica. Siempre le agradeceré a la directora Katherine Peytrequín y a Cristina Barboza, la visión que tuvieron en una etapa temprana de mi carrera; para impulsarme a descubrir que del teatro, no solo me gustaba la actuación. En primera instancia, fue por la actuación que decidí estudiar teatro, sin embargo está muy vinculado al vestuario. Mi enloquecimiento (enamoramiento) por todo lo relacionado con la vestimentay los objetos, siempre había estado ahí, pero no de una manera consciente.
Durante aquellos años, en la Universidad de Costa Rica, cuando una era becada debía cumplir con una cantidad de horas de trabajo para la universidad. Y como “LaPey“, quien no solo se dedica a la actuación o dirección de obras; sino que es una mujer que ha sabido desarrollar muchas de sus capacidades y habilidades, trabajaba como encargada de la Biblioteca y la Bodega de vestuario (de la Escuela de Artes Dramáticas). Así que yo llegue “normal” con la simple idea de cumplir con mis horas beca y Katherine me descubrió pegando botones, embetunando zapatos, ordenando ropa y muy entusiasmada ayudando a los estudiantes a escoger su vestuario.
De modo que un día se acercó y me preguntó si quería ayudarle con la construcción de un vestuariopara uno de los proyectos de Raíz Teatro. Mi primera reacción fue: ¡Pero mi mamá es la costurera, no yo! Y ella me respondió: Bueno, ella puede ayudarle y lo hacen juntas. Y yo: Pero, ¿Cómo?, ¿Eso se puede? Era una novedad para mí. Una vez que inicié con aquella labor, tomé consciencia que desde que yo existo, mi madre me había estado formando en el quehacer: escogiendo telas, hechuras para su clientela o desajustando la máquina en el momento menos oportuno. Siempre anduve “Dando mi opinión cuando nadie me estaba preguntando”, frase de doña Ana Quesada, mi madre. Y es que, yo pequeña, era como un “yuyo”; es decir, siempre al lado de ella cuando llegaban las clientas opinando de todo, como el porqué la tela de ese vestido tenía que ser estampada y no lisa; por ejemplo. Mientras que mi hermana nunca se acercó, siempre estaba por allá en otra cosa.
Para ese mismo tiempo, Cristina Barboza me invitó a crear una propuesta concreta de vestuario, con base a unas ideas que ella tenía para una puesta en escena de su taller de dirección. Esta puesta en escena luego, ganó el concurso “Jóvenes Directoras” del Teatro Universitario. Cristina, me dijo que podía ir a los ensayos, ver lo que estaban haciendo los actores e investigar. Luego, nos podíamos reunir para discutir un poco lo que se me había ocurrido (para que yo me sintiera en confianza) y que me iba a estar enviando algunas imágenes inspiradoras.
Después de estas experiencias tan gratificantes con estas mujeres yo quedé con ganas de más. Quería conocer sobre historia, la vestimenta que se usaba en una época y otra, teoría del color, diseñadores de vestuario de películas; todo. Así que empecé a buscar espacios de experimentación y hasta terminé en mi segunda carrera: Historia del Arte. Con Raíz Teatroaprendí que uno puede ser imparable, que puede estar investigandosiempre, capacitándose, escuchando la opinión de otros. Con Raíz Teatroaprendí que hay mucho por hacer y no podemos ni tenemos porqué hacerlo solos.
Además, estoy segura que para mi mamá también ha sido muy valioso este camino, porque como costurera solo se había visualizado complaciendo a “un cliente de la vida cotidiana” (como dice ella); y no siendo parte de la construcción de un universo imposible dentro del teatro.Dice mami, doña Ana Quesada: “no me enseñaron un patrón para eso”. Así que tuvo que ponerse a “inventar patrones” (otra frase de la señora mencionada; tuvo que ponerse a desarmar lo aprendido y a reinventarse. Se puso a relacionar sus conocimientos de trabajo social con la costura. Se puso a promover pequeños espacios en los que se dedica a enseñar otro tipo de manualidades que conoce, con los niños del PANI. Se enfrentó a compartir su metodología de patronaje con estudiantes universitarios interesados (a pesar de que sentía vergüenza y pánico, al estar frente y en medio ellos). Definitivamente doña Ana, mimamá también es una raicita que anda por aquí y por allá.
Hanna Gómez
Ha laborado con Raíz Teatro como actriz y vestuarista.
Bachillerato en Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica. Estudiante de Historia del Arte y Canto. Ama de casa y Madre.