Por Estefan Esquivel Valverde
Cuando hablamos de hacer arte muchas ideas vienen a nuestra cabeza; ideas sobre el arte como la expresión libre de nuestra creatividad y sensibilidad, las potentes experiencias a las que nos expone y los complejos temas que nos hace pensar. Y no digo que esto no tenga algo de verdad, pero limitarnos a esos aspectos alimenta una visión romántica del artista como aquel ser que parece trascender las condiciones materiales en nombre de la musa, y lo cierto es que el artista también tiene que comer, pagar cuentas y declarar impuesto a final de año.
Y comienzo por acá para hablar de los 15 años de Raíz Teatro porque lograr lidiar con las complejas, y cada vez más precarias, condiciones materiales para hacer teatro en Costa Rica, no se da solo por un compromiso artístico, sino que es acompañado por una rigurosidad a nivel de producción y organización que debemos de reconocer en la trayectoria de la agrupación. Por ejemplo, una de las experiencias que más ha marcado mi carrera fue cuando trabajé por primera vez con Raíz en el montaje de “Agárrense”, ya que al final de una de las primeras reuniones previas a los ensayos, La Pey me dio un contrato en el que se especificaban las responsabilidades de las dos partes (Raíz teatro y mi persona). Admito que al principio me resulto raro, por lo general los grupos independientes de teatro trabajan a partir de acuerdos hablados más que de contratos firmados, pero a los días me percaté de que un contrato era algo obvio si consideraba que estaba haciendo un trabajo profesional. Los abogados firman contratos, los arquitectos y los contadores también ¿Por qué los artistas no? A veces tenemos la mala costumbre de pensar que lo que vuelve profesional un proyecto es lo económico o prestigioso del mismo, pero la palabra “profesional” no solo encierra una connotación legal, sino que nos habla de una postura ética de respeto y valoración ante el trabajo del otro.
Creo que es importante un poco de este lado romántico y utópico del arte, pero sin rigor, orden y profesionalismo muchos proyectos o artistas no logran mantenerse activos en nuestro medio a largo plazo. Por eso 15 años de trabajo continuo es un testamento de la dedicación que Raíz Teatro tiene con el arte como una práctica profesional. También es una prueba de la importancia de ampliar el horizonte de lo que puede llegar a ser un grupo, ya que hoy en día Raíz no solo contempla la producción artística, sino que incluye dentro de sus quehaceres la gestión cultural y la educación no formal.
Aunque actualmente me encuentro estudiando en Buen Aires, no dejo de pensar que aquello que nos puede ayudar a darle un giro a la compleja situación que atraviesa el teatro independiente en Costa Rica no está en cualquier conocimiento que podemos encontrar en otros países, por lo contrario, creo que está en nuestra capacidad de encontrarnos como gremio, articular nuestras experiencias, innovar desde del conocimiento que grupos como Raíz ha ido construyendo a lo largo del tiempo. Así que celebremos este logro, porque que se necesitan raíces bien profundas para hacer teatro por 15 años en este país.
Estefan Esquivel Valverde / Dramaturgo
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15 años de Raíz Teatro.Función: Sangre, pequeña, sangre; El amor en tiempos de Tinder y Sorece, Crece, Florece
Dramaturgia: Janil Johnson Vargas, Katherine LaPey Peytrequín Gómez y Andrea Sánchez Coto.
Dirección: Katherine LaPey Peytrequín Gómez
Fecha: 05 de marzo del 2023, 17 hrs
Lugar: Gráfica Génesis
Agrupación: Raíz Teatro
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