Por Hanna Gómez Quesada
Bachiller en Artes Dramáticas y estudiante de Historia del Arte
El pasado miércoles 21 de setiembre la Licenciada en Artes Dramáticas, estudiante de cuarto año de la carrera de Sociología y egresada del Posgrado en Estudios de la Mujer, Amanda Méndez Ramírez, presentó su ponencia “Estéticas subversivas, Feminismo y Teatro Contemporáneo dirigido por mujeres en Costa Rica durante el siglo XXI” en las Jornadas de Investigación en Artes 2022 en la cual sintetizó los puntos más relevantes de su anteproyecto de tesis en la maestría académica en Estudios sobre las Mujeres, Géneros y Sexualidades.
Según Méndez las estéticas subversivas tienen la intención de transformar la perspectiva que tiene el espectador sobre su realidad social a partir de una experiencia que apela a los sentidos, es decir que lo conduce a enfrentarse desde su propia cuerpo o vivencia personal.
Tomando en cuenta que el arte contemporáneo abarca el siglo XX y XXI la expositora aclara que su investigación se sitúa en el siglo XXI y específicamente del 2001 al 2021. Además, rescata que el feminismo ha incidido en la forma en la que se producen las artes contemporáneas provocando un interés en común por la crítica del cuerpo femenino en la sociedad, su reflejo en el arte y el contexto social, político y económico que le da soporte. En este sentido la investigadora visibiliza como en este país las artistas escénicas trabajan conscientemente desde de la perspectiva del feminismo y denuncian la violencia que experimentan por ser mujeres en la sociedad costarricense.
Como ejemplos de esto en su presentación comparte fotografías de montajes como Caramelo (2018) obra en la que la directora Natalia Mariño y su equipo ofreció una perspectiva sobre la prostitución y la maternidad con base en entrevistas a trabajadoras del sexo de la capital josefina y Estrategas (2019-2021) una obra dirigida por Noelia Cruz que comparten con el público las estrategias que 4 mujeres utilizan para detectar y defenderse de conductas masculinas que atentan contra su integridad física y emocional.
Seguidamente retoma el teatro contemporáneo para hablar de sus inicios en la década de los años 60 en Europa y Estados Unidos, sin embargo como ella misma lo señala esto no quiere decir que desde antes no se vinieran gestando movimientos en esta línea y que solo se desarrollará en estos territorios hegemónicos. Lo que les caracteriza es que emergieron con el propósito de transformar la composición clásica del teatro, explorar nuevos lenguajes y cuestionar el papel que juega la crítica social en el quehacer teatral, por lo tanto se incursiona en un tipo de teatro en el que lo relevante no es ilustrar una época o espacio en escena porque nos parece “bello” o que tenga un inicio y un final sino compartir con el público una situación que nos vincula con el momento presente, que en el caso de esta artista con claridad se enfoca en un teatro contemporáneo costarricense dirigido por mujeres que conscientemente conciben su cuerpo como un espacio político y de denuncia social.
Incluso aunque no necesariamente se definan abiertamente como feministas por su sola presencia en la escena rompen los sistemas de poder que se han perpetuado no solo en el teatro sino en la Historia del Arte en general, en las que las mujeres han sido colocadas como objeto de inspiración y no como la creadoras, se han infantilizado o etiquetado de locas para que no se expresen, se han reconocido como pareja sentimental de una figura artística masculina y no por sus propios méritos o simplemente una vez que alcanzan su madurez se casan, empiezan a tener hijos o deben hacerse cargo de adultos mayores o personas enfermas que forman parte de su nucleo familiar, sin apoyo de otros miembros, provocando que no puedan crear al mismo ritmo de los artistas masculinos o que del todo tengan que concentrar su tiempo y energía creativa en otras responsabilidades dejando su realización personal de lado.
Dentro de este marco Méndez es enfática en subrayar su compromiso con los derechos de las mujeres, la igualdad de género en el arte y el rescate del lugar que tienen las mujeres en el campo laboral y profesional de las artes escénicas, así como “denunciar la minimización del tema de las violencias contra las mujeres en el mundo simbólico y de la representación de las Artes”.
Fue muy valioso conocer la investigación de Amanda Mendéz y reflexionar sobre el valor de la misma, principalmente en un contexto en el que según la ONU Mujeres producto de la pandemia por Covid- 19 las mujeres y niñas han quedado más expuestas a situaciones de violencia, femicidios y recargo de responsabilidades en sus hogares generando que se afiance con mayor fuerza la brecha de pobreza entre los géneros.
Referencias:
ONU Mujeres. COVID-19: reconstruir la resiliencia. https://www.unwomen.org/es/hq-complex-page/covid-19-rebuilding-for-resilience?gclid=CjwKCAjwhNWZBhB_EiwAPzlhNlbUflat7ItHqc-XsiXt3PWurpG9frsRt95MSG7ayjSKtzUIajl9CxoCEnQQAvD_BwE